MATEOS, JOSÉ. DÍAS EN CLARO (1990-1995)

MATEOS, JOSÉ. DÍAS EN CLARO (1990-1995)

               Días en claro toma un tono más pesimista que en Una extraña ciudad y arranca con un poema dedicado a la palabra afirmando que ésta no lo es todo, pero ayuda a combatir la soledad y la nostalgia. En otros términos podríamos decir que el papel redentor de la palabra no es suficiente para que el día se refugie entre las sombras de la noche y la sombra se oculte entre los sueños del alba. El libro adquiere una cadencia más sombría en la que el poeta recorre el pasado sin detenerse apenas, como ceniza de un recuerdo que muere entre los árboles. La amenaza del tiempo y del fin de nuestros días se hace constante y José Mateos se lamenta por la impotencia de no poder captar el instante en el instante en el que ocurre.

La mirada atrás nos produce un dolor de pérdida que embriaga al poema y uno se desdobla en dos individuos: la lucha de uno mismo entre la realidad y el deseo, entre el joven que quería llevarse la vida por delante y el hombre maduro que deja en los versos las cicatrices de la existencia. El poeta comparte con nosotros una estampa llena de nostalgia cuando su padre leyó su primer poema con una mueca de satisfacción y tristeza.

La presencia del mar se hace notable en estos poemas como un marco de libertad donde los miedos dejan de atenazarnos y el amor fluye como consuelo a tanta vida, a esa sensación de haber perdido el tiempo sin que el tiempo se haya dado cuenta.

Días en claro rememora los recuerdos compartidos con otros poetas como Francisco Bejarano y Pedro Sevilla y termina con una carta en la que José Mateos da cuentas de su vida, desfila entre los versos una biografía a hurtadillas.