18 Abr PLATERO Y EL TIGRE DE LA PERLA NEGRA
Versión realizada por alumnos de Tarifa basada en la obra inmortal de Juan Ramón Jiménez Platero y yo
Platero era un detective privado muy famoso. Había metido a los ladrones y delincuentes más peligrosos del mundo en la cárcel. Su ayudante era una perrita muy mona. Diana llegó al despacho de su jefe para anunciarle que habían robado el diamante llamado El tigre de le perla negra.
-La sospechosa, Platero, es la rica Yasuri bautizada bajo el nombre de La gata nocturna. Es conocida en el mundo entero porque se casa con todos los ricos del país que mueren de forma misteriosa, aunque hasta ahora nadie ha podido probarle nada.
-Diana, continuó Platero sin darse importancia, creo que la conozco. La he visto en muchos periódicos por las muertes de sus maridos y por sus empresas financieras. Busca información de ella y de su familia y amigos más cercanos.
La perrita Diana no había conseguido encontrar nada sobre La gata nocturna. Platero extrañado empezó a desconfiar de su ayudante porque era muy sospechoso no encontrar información de una persona tan popular. Decidió investigar por su cuenta. Navegó por Internet durante la noche hasta que encontró algunos datos y localizó la mansión en la que vivía situada en la isla Tortutuga. Platero descansó unas horas y muy temprano se montó en su jet privado aparcado en la base aérea T4 de Madrid. Llegó a la isla y allí vio a Diana con ropa de verano y con cara de felicidad, a La gata nocturna y su nuevo marido, el rico tigre de Bengala. Platero se ocultó detrás de un cocotero muy grande y pudo escuchar la siguiente conversación:
-A éste lo voy a envenenar, igual que a los otros, había afirmado con desdén y prepotencia La gata nocturna.
-No me parece muy buena idea, respondió a media voz Diana.
-Te quiero ver a las 19.00 horas en mi casa sin falta, zanjó la malvada gata de forma brusca todo intento de comunicación.
Diana fue puntual a la cita, pues temía cualquier represalia de su amiga y apreciaba su vida. Tocó el timbre, pero nadie respondía. Estaba asustada y, a pesar del miedo, entró en la casa, pues la puerta se encontraba entreabierta. Dio unos pasos y no había nadie en el salón. De repente contempló una sombra y ya no pudo hacer nada al respecto. Murió a manos de La gata nocturna.
Platero fue a investigar la casa de la presunta asesina y se tropezó con el cuerpo de su ayudante que mostraba síntomas de haber sido envenenado. Platero fue a la caja fuerte del salón, justo detrás de un cuadro que retrataba el paisaje completo de la isla. Acertó con la combinación secreta y pudo recuperar el diamante El tigre de la perla negra. Registró la casa al completo y en el cuarto de baño yacía muerto en la bañera el cuerpo ensangrentado de El tigre de Bengala con muchos cortes y heridas.
Ya sólo tenía que enfrentarse con la malvada anfitriona y sin esperar más tiempo alguien se le precipitó al cuello con un enorme cuchillo. Sin embargo, el detective mostraba unos reflejos envidiables hasta el punto de que pudo esquivar el asalto de la gata malvada. Le hizo una llave borricuda y cayó su enemiga a sus pies. Le puso las esposas a la esposa más famosa del mundo.