18 Abr PLATERO Y SU NOVIA
Versión realizada por alumnos de Ubrique basada en la inmortal obra de Juan Ramón Jiménez Platero y yo
Platero era un burro negro con manchas marrones, el hocico blanco, los ojos verdes y la cola marrón oscura. Era tan hermoso que todas las burritas suspiraban por él. Un día Platero se enamoró de una bella burrita llamada Linda. Era marrón con manchas blancas, los ojos azules, el hocico negro y la cola blanca. Conforme pasaba el tiempo, Platero se sentía más enamorado de Linda que siempre iba a la moda y a él le parecía preciosa. Platero le escribió un poema a su amada:
El día en que tú naciste
triste se puso el sol
porque otro sol nacía
con mucho más resplandor.
A Linda le pareció un precioso y lindo poema. Con este poema Platero obtuvo su primera cita. Habían quedado en la pradera para contemplar el amanecer. Linda veía a Platero en un principio como un amigo, pero poco a poco se fue enamorando de él. Platero fue a la casa de su amada para invitarla a salir y fueron a pastar al lugar más bonito del valle. Él quería pedirle la mano a los padres de Linda, pero no se atrevía porque temía que le fueran a decir que no, hasta que una mañana de sol resplandeciente, Platero se llenó de valor y se dirigió con firmeza a la casa de Linda. Después de confesar su amor, los padres de su amada se lo pensaron unos instantes y estuvieron de acuerdo. Era un sueño hecho realidad y para celebrarlo iba a preparar una cena romántica. Para cenar Platero se esmeró mucho y elaboró el mejor pollo al horno de su vida y patatas doradas. Compró unas velas enormes, junto a una botella de Rioja y otra de Malibú. Arrancaba la noche más especial de su vida y todo salió a pedir de boca. Al día siguiente fueron a la iglesia a decidir la fecha de la boda y al poco tiempo se encontraron entonando el Sí, quiero. Linda se casó con un traje rosa chicle y una cola de cuatro metros y Platero con un traje blanco. Fue un convite espectacular. Celebraron la luna de miel en México y cuando regresaron, Linda venía embarazada de cuatrillizos y vivieron felices comiendo pollo al horno.