02 Jun ANÁLISIS DE LA OTRA REALIDAD, DE ALEJANDRO PÉREZ GUILLÉN, ESCRITO POR SALUSTIANO GUTIÉRREZ BAENA
ANÁLISIS DE LA OTRA REALIDAD, DE ALEJANDRO PÉREZ GUILLÉN, ESCRITO POR SALUSTIANO GUTIÉRREZ BAENA. MAYO 2009
El pasado viernes me encontré a Alejandro Pérez en las Grullas de Juan, había ido a dejarle ejemplares de su libro de relatos La otra realidad. Me parece loable esa costumbre que tiene el propietario de ese restaurante de comprar varios ejemplares de los libros que publica la gente del pueblo, para luego regalarlos entre sus clientes. Inmediatamente, los que estábamos allí compramos nuestro ejemplar respectivo y nos quisimos interesar por algunos pormenores del libro. Lo editaba Aladena, editorial malagueña, se había presentado en la feria del libro de Málaga y había tenido muy buena acogida. Yo tenía noticias previas por el autor y por el blog de Benalud, pero me daba pena que un acontecimiento tan importante como es la publicación de un libro pasara un tanto inadvertida. Alejandro me explicó que la presentación en Benalup-Casas Viejas se haría en Octubre. En el libro de la Tierra Kay Candón escribía:”Si con algo tangible se identifica la palabra cultura (y es la primera imagen que se nos viene a la cabeza a la mayoría) es con un libro”, así que me parece que todos los esfuerzos son pocos por dar a conocer esta novedad literaria y la fortuna que tenemos de que un benalupense publique un libro, porque seguro que en él hay mucho de nosotros también. Me he leído los relatos y es mi intención comentarlos, no para analizarlos o hacerles una crítica literaria, no tengo ni actitudes, ni aptitudes para ello, sino con el objetivo claro de que los lectores de este blog lo lean, o que lo quieran, o que lo entiendan, que es el objetivo simple que tenemos todos los que nos gusta escribir. Me decía Alejandro la tarde del viernes que él había pretendido realizar unos textos bien escritos, que era lo que más le importaba, que la escritura estuviera bien hecha. Me parece una cosa evidente, la forma es impecable. Empieza el prólogo José Ruiz Mata: “No cabe duda que Alejandro Pérez Guillén es un poeta… mantiene esas constantes poéticas, con sus metáforas, con el cuidado uso y valor de las palabras, con el análisis de las sensaciones y sentimientos“. Más adelante se puede leer: “El lector podrá comprobar como el texto está repleto de frases que no aportan más al discurrir de la historia que el embellecerla, porque la palabra, la imagen, la metáfora, están por encima de cualquier otra pretensión“. Evidentemente hay muchas pruebas de ello en el texto: “el tren hacia Granada, ese monstruo mitológico que devora los kilómetros y escupe fuego por la boca…asomó un hombre que rondaba los cincuenta años, con una barba profunda que gritaba la orfandad de la cabeza…Era una medicina natural y psicológica que le traía los gratos recuerdos de su infancia como paraíso perdido que únicamente se recupera a través de la nostalgia… desde ese momento no se le apagó el cigarro de la fortuna, ni el Fortuna de la boca…Tenía que achicar el líquido amargo del dolor de su corazón para poder seguir viviendo, para que no le ahogara por dentro esa pena que lo estaba consumiendo…o el humo del silencio se apoderaba del interior del coche“. Pero en este libro hay mucho más que palabras bonitas, hay muchas frases, que, como el título de una sección de este blog, dicen y quieren decir. Por ejemplo: “Ahogar su pasado en el recuerdo y en la bebida eran medidas simples para ajustar las cuentas con el tiempo… un granito de arena en la ardua labor de convencer a los jóvenes de la necesidad de la cultura como un reclamo que nos hace mejores… La cultura de los vencidos a veces tiene sus ventajas, mas yo prefiero conocer también la de los perdedores para elegir lo que más me gusta de cada una…La gente no mostraba otro pasatiempo que el de perder la mirada en el horizonte, en un punto indeterminado donde colocan la mirada quienes han perdido la fe en la esperanza… o la inocencia de los condenados supone la condena de los jueces.” Dicen que un libro una vez escrito se le escapa al autor y pertenece a los lectores. Pero las fuentes, por muy hondas que tengan sus acuíferos, tienen nombre y apellidos. Hay en estos relatos mucha historia, no solo en el de La otra realidad, que da nombre al libro y que tiene como transfondo los Sucesos y el Monasterio o el llamado Simplemente Javier que versa sobre Jerome Mintz y su amigo Varelo o el de Los cuentos de Nieves sobre los cuentos que a todos nos contaban nuestras abuelas, la historia está presente en todos los relatos y su carga marca los acontecimientos descritos en ellos. En los relatos aparecen frases que son del entorno, que las escuchamos y decimos todos los días. “El fruto del madroño tiene alcohol, y si te pegas un atracón, puedes llegar a marearte…los pechos de un amor sostén-ido, como las sábanas abrigaban la sonrisa del sexo…Se levantó con una sonrisa de oreja a oreja escrita en los labios…o ni tampoco estaba el horno para bollos”. No sólo nos reconocemos en las frases, también en el nombre de los personajes, como el policía Manuel Sanz o Santiago Murillo, el peluquero “Pelucas”, Isabel Barberán, Francisco Alcántara o el disco Las Alas de Ícaro. Está claro que no es un libro sobre Benalup-Casas Viejas, pero que está muy presente como fondo de los relatos: “se adentró por un pasillo natural de unos dos kilómetros, custodiado por madroños y alcornoques, hasta alcanzar la orilla de un arroyo a cuyos pies descansaba un molino acunado por los años. Un marco idílico donde los carmelitas descalzos calzaron su morada, un monasterio de piedra que aún se ríe del tiempo, a pesar de las caries en sus estructura motivadas por el abandono…Su padre había sido uno de los pocos jóvenes que huyeron del pueblo en el año 33 cuando se intentó implantar el comunismo libertario en las puertas del cuartel sin el éxito esperado… Recorrimos a pie la tristeza del río Barbate que corría cabizbaja hacia Benalup por solidaridad con el pueblo que había gemido ya bastante, mientras que la laguna de la Janda se había dejado desecar mostrando el paralelismo creciente con la gente de Casas Viejas que se habían quedado sin lágrimas o todo por haberle hecho caso a la oratoria de unos anarquistas que desconocían la fuerza descomunal de sus palabras ante un auditorio hambriento de expectativas.” En definitiva, que según me contó Alejandro en el Estanco o en la papelería Paqui se puede comprar un libro que también es un poco de nosotros. Yo le conté una vez que a un compañero mío y suyo le decían el “Seispesetas”, el mote aparece dos veces en el libro. Es muy probable que haya también cosas tuyas en este libro de relatos que es nuestro. Así que, antes de que te lo cuenten, lee su libro y podrás contar tú lo que cuenta Alejandro.