ANÁLISIS DE RE-FLEXIONES: EJERCICIOS PARA EL CORAZÓN, DE ALEJANDRO PÉREZ GUILLÉN, ESCRITO POR ANTONIO ANASAGASTI VALDERRAMA

ANÁLISIS DE RE-FLEXIONES: EJERCICIOS PARA EL CORAZÓN, DE ALEJANDRO PÉREZ GUILLÉN, ESCRITO POR ANTONIO ANASAGASTI VALDERRAMA

REFLEXIONES POSITIVAS EN TIEMPOS DE DESOLACIÓN

Si alguien necesita un libro de autoayuda en un momento delicado en el que todo parece torcerse o está desorientado, porque los acontecimientos le superan, éste sería el libro adecuado que habría que leer para vencer los baches de esta carretera impracticable en la que,  a veces,  se convierte la vida.  Alejandro nos muestra su desconcierto como un espejo en el que podemos reflejarnos y nos indica que lo imposible es impracticable, pero que somos nosotros los que, complicándonos solos, creamos las condiciones para no tocar con los dedos la felicidad que siempre está al alcance de la mano. No hay que buscar grandes cosas, ni mirar a lo lejos. En la cotidianidad, en los gestos mínimos está el placer y la supervivencia personal. Nos muestra que no existe una eternidad absoluta en el amor, que hay que aceptar los cambios y, si mudamos  de pareja, como pájaros de nido, hay que entregarse tal si fuera para toda la vida. De ese modo, convertiríamos lo que es finito, en un momento puntual de nuestra existencia, en algo infinito y bello, que trasciende del tiempo y del espacio. Nos revela que, cada vez que amamos a una nueva persona, actuamos desdoblados en este teatro del universo, como si habitásemos en mundos paralelos, donde se puede descubrir el cielo con cada mujer u hombre con los que nos hemos enamorado. Por eso Alejandro, con su sinceridad y entrega absoluta, se ha ganado múltiples edenes.

 Si alguien busca mejorar su inteligencia emocional, no le haría falta leerse todos los estudios de las emociones de Wayne Payne, bastaría con reflexionar con estos ejercicios del corazón de este volumen. La primera gran lección que nos descifra es aceptar el rechazo como algo natural, algo a lo que no hay que dar importancia,  pues es parte de nuestro aprendizaje para ser mejores. Su segunda lección es demostrar  la inutilidad de enfadarse con nadie,  porque nadie nos amarra tanto como para no poderlo evitar, ya que a la única persona que hay que soportar para siempre es a uno mismo. Su tercera lección es que los demás no se miden por los paralelismos  propios, que siempre nos falta empatía y que es necesario comprender que las razones del comportamiento  ajeno no son evaluables  por nuestros esquemas individuales. Su cuarta lección es que el dolor hay que esquivarlo siempre y, si hace falta, hay que agotarlo para que se canse pronto de nuestras almas. La quinta, sexta, séptima y demás lecciones las dejo en suspense para que el lector de esta fantástica obra las descubra por su cuenta, que a bien seguro lo hará.

 Si usted busca mejorar el corazón, envuelto en una prosa poética admirable y musical, este es el libro adecuado, donde la vida del autor se desnuda para entregarnos su ropaje y cobijarnos del frío. Yo ya me he cubierto de su calor y me he reconfortado con su lectura, porque antes vivía, sin saberlo, en la intemperie.

 

ANTONIO ANASAGASTI VALDERRAMA