27 Mar GONZÁLEZ, MANUEL. ETAPAS
ETAPAS, MANUEL GONZÁLEZ
Quien se asoma al abismo de la vida camina, con dudas y sin miedo, por los senderos cotidianos de la memoria, del mismo modo que el hombre airea su intimidad cuando toma la determinación de abrirle las puertas al balcón de su hogar. El verso se escapa de la casa y el ciudadano de a pie descubre la poesía más auténtica en las calles, entre los dedos, bajo sus pies, en el trayecto corto de su mirada, en la ancha alameda de sus sueños.
Quien le enseña la sonrisa a la ironía destapa las grietas de las cicatrices y, sin embargo, le embarga el amable sabor de la inocencia, como ese crío que besa con sus rodillas el suelo y se incorpora de inmediato. Se sacude los arañazos del camino y olvida en un instante la caída.
Así se percibe la palabra de Manuel González, con esa brevedad propia del tiempo, con ese aroma de ternura que impregna toda la sala, con ese grito de denuncia que se oye en cada curva del trayecto. Etapas es el recorrido vital de un niño que se hace hombre a golpe de latidos, la vista hacia atrás de un hombre que se vuelve niño gracias al amor.
La infancia nace amenazada de muerte por la guerra sin una bicicleta que echarse a los pies, sin un libro que lanzarse a los ojos. La infancia sobrevive a los años con algún que otro mordisco arrojado al cuerpo desnudo de unos labios. Los amantes requieren tan solo de un corazón que los quiera, un mapa del tesoro que se oculta en el misterio insondable de una caricia.
Quien se anime a hincarle el diente a Etapas ha de saber que el asombro se puede encontrar a la vuelta de la esquina. Ha de saber que no necesitamos nada para amar la vida, para que la vida se enamore de nuestros pasos. Quizás un pequeño gesto de locura. Quizás un relámpago de pasión. Quizás un verso que permanezca temblando en los ojos de quien se encamina a la lectura.
Etapas es un libro que habla de heridas que se cierran con un beso.