18 Abr ANÁLISIS DE RE-FLEXIONES: EJERCICIOS PARA EL CORAZÓN, DE ALEJANDRO PÉREZ GUILLÉN, ESCRITO POR MANUEL VICIANA RUBIO
SEGUIR LEYÉNDOTE
Tu libro es un libro para paladearlo poco a poco, muy poco a poco. Hay metáforas, juegos de palabras, expresiones que requieren una parada obligada, ya que te envuelven en una reflexión sobre la existencia y de todo lo vivido, en un viaje en el que vas inevitablemente interiorizando. Tienes el arte de embaucar a tu lector en tu mundo, en tu interior, en tus miedos y pesares, en tus más profundos sentimientos. Todo lo tuyo lo haces de los demás, tus experiencias vitales me hacen reflexionar sobre cómo concibo y vivo mi día a día, en esa proyección continua de tu mundo interior hacia los que te leemos. Es cierto que te abres en canal sin ningún tipo de reparo, pero también es cierto que con ello te desahogas en ese ejercicio de catarsis que supone para ti el ejercicio de la poesía. Con ella, sudas y sudas tanto que te ayuda a respirar, a tomar impulso y a seguir viviendo y aprendiendo de la vida.
Son tantas las reflexiones, las ideas, los recursos estilísticos empleados, desde los mismos títulos de cada parte de tu libro, que cuesta seleccionar unas cuantas en estas líneas. No sé, cualquier verso de cualquiera de tus poemas conlleva una parada necesaria, una reflexión: “Si cruzas el puente del miedo, se eleva, ante nuestra mirada, todo un mundo por descubrir” o “Hay quienes se dejan arrastrar por las circunstancias, como esa nube, sin voluntad propia, que no tiene más remedio que volar a merced del humor caprichoso del viento”. Y lo impresionante es que si realizas otra lectura, una relectura, esta se convierte en una nueva oportunidad, no solo para ir conociéndote más profundamente, sino para recalar en nuevos detalles, en nuevas ideas, en nuevas experiencias… Tu poesía, amigo, es un viaje continuo de ida y vuelta, de pararte, de avanzar y de retroceder, de degustar en silencio y de levantar la mirada del papel y dejarla perdida unos segundos intentando sopesar alguna idea que ha tocado una fibra en el complejo mundo interior de cada uno de los que te leemos.
Me quedaría tanto por decir…, pero debo seguir leyéndote.
¡Enhorabuena por el trabajo bien hecho, por tu dedicación diaria a tu poesía que tanto te ayuda a vivir, a sobrevivir y con la que haces pensar, disfrutar, conocer… a los que te leemos!