HOJAS
Para olvidarte es necesario
desprenderse del cuerpo
del que soy sombra.
Comprender que la sonrisa no es más
que el tiempo que tarda una hoja en caer
del árbol a la tierra.
Una danza de alas precipitadas
bajo el murmullo tierno de una lágrima.
Y unas pupilas que interrogan:
¿Regresarás mañana?
ALEJANDRO PÉREZ GUILLÉN